Crónicas niponas
La meca del AIKIDO (1)

Ahora sí. Os cuento lo que uno se encuentra al conocer el famosísimo Aikikai Hombu Dojo de Tokio. A cuánta gente le gustaría saber cómo es exáctamente... Intentaré desde aquí que las preguntas que os hacéis sean desveladas, siendo lo más descriptivo posible, y con importante apoyo gráfico. Sólo dejadme insistir en lo únicas de estas líneas que vienen a continuación, una de las poquísismas y excepcionales ventanas abiertas a la realidad de la Meca del AIKIDO.

Como decíamos en crónica anterior, el Hombu Dojo está en una zona más residencial que comercial del barrio de Shinyuku en Tokio. Casas muy juntas y agrupadas, pequeñas tanto en superficie como en altura, son la nota predominante en este lugar, con pequeños comercios y lugares donde llenar el estómago de las más diversas y curiosas maneras. Perpendicular a una vía relativamente importante del barrio, se encuentra Wakamatsu-cho, la calle donde en los números 17 y 18 está la meca del Aikido -con permiso de Iwama-, la "Aikikai Foundation Aikido World Headquarters", Hombu Dojo -dojo central- y, justo al lado, la vivienda de Moriteru Ueshiba, nieto del fundador y actual Doshu. Sin ruido, tranquila, interrumpida la serenidad pocas veces por algún que otro coche que mora en ese mismo lugar, o por algún reparto, las viviendas de esta calle son bastante grandes -en comparación con la pequeñez nipona-, familias de bastante poder adquisitivo parecen vivir en ella.

A por el dojo en sí. Descripción genérica: Tiene cinco plantas, cinco alturas. Lo que para los occidentales es la planta baja, en Japón se llama primer piso. No os creáis que Hombu es muy grande, más estrecho que ancho. Quizás tendemos a visualizar en nuestras mentes lo que desearíamos que fuera este lugar, y puede que lo "hagamos" grande. La realidad es que en términos generales el tamaño de Hombu Dojo viene bastante justo para lo que representa. -Es una opinión, claro...-

Al pasar el umbral de la puerta, notamos la frescura de un aire acondicionado que nos revive. A mano derecha, nos encontramos con la ventanilla de la secretaría. En el mostrador, de oscura madera, hayamos los carnets o carnés Aikikai de los practicantes que están en estos momentos arriba en el keiko. Tras hacer papeleos de matrícula y demás con las simpáticas señoritas de la secretaría, seguimos entrando. Lo que debe hacer todo aquél que prosiga camino es quitarse el calzado. Un pequeño escalón señala el lugar, y una estantería que se extiende a lo largo de toda la pared izquierda del vestíbulo espera a que zapatos, zapatillas y sandalias sean depositados en ella durante la estancia en el dojo. Al fondo podemos ver un gran cuadro con un bajorelieve de O Sensei, con inscripciones en kanji. Se mandó hacer en conmemoración de los 100 años del nacimiento de O Sensei Morihei Ueshiba -21 de mayo de 1983-, y la inscripción viene a decir qué es el AIKIDO y cómo fue desarrollado.

Encaramos las escaleras. Van hacia arriba. ;-) Dejamos a la espalda una máquina expedidora de refrescos, que pensamos viene de perlas para los practicantes cansados después del keiko. Subimos a la segunda planta, donde ya nos habían dicho que está el tatami de principiantes. En cuanto pisas el último escalón se ve ya este primer tatami. Luminoso, con unos 70 metros cuadrados aventuramos, donde el color predominante es el blanco, que viste techos, paredes, y el propio tatami. Nos dicen que la pared del kamiza está en la misma puerta de acceso en la que estamos. Ya habrá tiempo, pienso mientras avanzo por la planta, de ir a más de una clase para principiantes dada por algún gran maestro de hombu.

En este piso, también podemos encontrar los baños para para ambos sexos, y el vestuario, sólo para mujeres; el de hombres está arriba en el tercer piso. Si seguimos un poco más dentro, encontramos un pequeño surtidor de agua fría y un lavabo frente a una puerta que da a los archivos y otras oficinas de la Aikikai fundation.

Subimos a la planta tercera. Visitamos el tatami central.