El Aikido es un arte marcial japonés con un amplio e interesante abanico técnico (controles, luxaciones, proyecciones…), verdadera física aplicada, que además, como buen exponente del “budo moderno», busca la resolución inteligente y no violenta del conflicto. De este modo, los ataques y técnicas marciales que se realizan realmente son herramientas de estudio, primero del problema físico (la agresión, el espacio/tiempo, la biomecánica de la técnica) y después, si profundizamos, del conflicto interno de las partes implicadas y la resolución asertiva de éste.
Si se practica con seriedad, intensidad y honestidad, las técnicas de Aikido pueden ser eficaces ante agresiones, pero hay que tener presente que el Aikido no es defensa personal: su objetivo final no es someter o doblegar a un hipotético enemigo, sino el desarrollo integral del individuo. Podríamos considerar al Aikido como un método de estudio del cuerpo y la mente, que fortalece el espíritu, y como consecuencia ayuda a hacer personas íntegras y más humanas.
Yamaguchi sensei,
Yasuno sensei
y Héctor Flores sensei
practicando Aikido.
Entonces, ¿cuáles son los beneficios de la práctica sana y regular del Aikido? Beneficios físicos derivados del ejercicio aeróbico, beneficios sensitivos y motores derivados de la técnica, beneficios sociales derivados del entrenamiento conjunto entre iguales con semejantes inquietudes y profundos beneficios psicológicos derivados del camino de superación personal que realmente es el Aikido.
Beneficios de la práctica
Gran desarrollo psicomotriz
Mayor flexibilidad y adaptabilidad
Aumento de la resistencia física
Mayor conocimiento de uno mismo
Mayor confianza en uno mismo
Desarrollo de la sociabilidad
Nociones de defensa personal
Valores del Aikido
Sensibilidad
Disciplina
Humildad
Constancia y perseverancia
Asertividad
Templanza
Valor
Por todo esto, el Aikido es totalmente aconsejable para ser practicado por todo tipo de personas, sin importar la condición física, edad o sexo. Hoy en día numerosos profesionales del deporte, psicología o medicina recomiendan su práctica.
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Un poco de Historia
El Aikido fue desarrollado por un budoka japonés excepcional: Morihei Ueshiba. Estudioso de numerosas disciplinas en juventud, tuvo como mayor influencia técnica a Sogaku Takeda, maestro de la Daito Ryu Ju-jutsu (año 1915 aprox.). Famoso Takeda por su técnica y duro carácter, ambos se admiraban aún con discrepancias. Ueshiba, tras la muerte de su padre, conoce a la que será la segunda gran influencia de su vida, Onisaburo Deguchi (año 1920 aprox.), quien deja una huella más espiritual en el maestro Ueshiba.
O sensei, como se le conocería más adelante, tiene numerosos reconocimientos a lo largo de su vida, y con el paso del tiempo va perfilando el arte marcial que más tarde se llamaría Aikido. Con su tercer hijo Kisshomaru Ueshiba y su principal alumno y maestro, Koichi Tohei, al frente de su escuela, se abren dojos en todo Japón, se constituye el “Aikikai” y se manda a aikidokas de gran nivel a fomentar el Aikido por el mundo: Tamura en Francia, Kanetsuka en Reino Unido, y Yamada en América son ejemplos. También se cons- tituye la AIF, International AIKIDO Federation.
El Aikido del fundador evolucionó con el tiempo. Durante su vida tuvo muchos alumnos los cuales interpretaron sus enseñanzas según sus percepciones y la época en la que tuvieron contacto con él. Surgen diversos linajes o estilos: Iwama, Tomiki, Sociedad del KI, Yoshinkan, etc.